Belchite, entre los destinos ideales del informe “Hábitos y Tendencias del Turismo Español 2018”
El municipio zaragozano se ha puesto de moda entre el público español, que se acerca hasta tierras belchitanas en busca de una experiencia que integra historia, patrimonio y misterio
Elegir un destino “diferente” es tendencia: cada día prima más para el viajero la singularidad del lugar en el que va a pasar unos días frente a las actividades culturales, deportivas y de otra índole que se pueden realizar en él. Así se refleja en el informe ‘Hábitos y Tendencias del Turismo Español’, elaborado por Atrápalo, que elige a Belchite como uno de los destinos ideales para una escapada en 2018.
Quizá porque una de las últimas tendencias turísticas es la visita a pueblos abandonados, más conocidos como “pueblos fantasma”. Y Belchite es uno de esos destinos que se ha puesto más de moda entre el público español en este aspecto. Su Pueblo Viejo, escenario de una de las batallas más cruentas de la Guerra Civil Española, conforman el campo de ruinas más grande del último conflicto bélico nacional y se erige como un museo de recuerdos del pasado, constancia material de lo que conlleva una guerra.
Las ruinas de la Villa histórica de Belchite permiten al visitante viajar hasta el verano de 1937 y descubrir cómo fue la vida en aquellas dos semanas, que marcaron para siempre la historia más reciente del municipio zaragozano. Aquellos 14 días se saldaron con miles muertos, un pueblo arrasado y una huella que todavía es visible hoy en las ruinas del Pueblo Viejo), que, 80 años después de la Batalla de Belchite, se proyectan como símbolo de la importancia de la paz para el avance de los pueblos.
Historia, patrimonio, naturaleza, misterio y sabor
Pero hablar de Belchite es hablar también de historia, patrimonio, naturaleza, sabores y, por supuesto, misterio. Una visita diurna al Pueblo Viejo de Belchite, permite al visitante hacer un recorrido desde sus orígenes medievales (con la convivencia de las tres grandes culturas y su plasmación en los modos de vida y tradiciones arquitectónicas), pasando por la época moderna para llegar hasta la Guerra Civil y las batallas del verano de 1937 y marzo de 1938.
Los restos del Pueblo Viejo se transforman al caer la noche y en la visita nocturna el viajero se traslada al Belchite más misterioso y enigmático. Historias sobre procesos de brujas y sangrientos bandoleros y las leyendas más desconocidas de la Batalla de Belchite acompañan ese impresionante paseo. Una experiencia que no dejará indiferente a quien la viva.
En las inmediaciones de Belchite, el visitante puede acercarse a ese pasado vinculado a la Guerra Civil y encontrar numerosos restos de la contienda. Además de las ruinas del Pueblo Viejo, la ruta guiada por las “Huellas de la Guerra Civil” mostrará al visitante diferentes emplazamientos (búnkeres, trincheras y fortines) que fueron clave en el desarrollo de las operaciones de la guerra.
Sabor y naturaleza
Pero Belchite también es sabor y naturaleza. De arraigada tradición olivarera, el municipio zaragozano alberga el mayor bosque de olivos de Aragón. El paisaje es un regalo para quien se acerca hasta él. Una experiencia de la que se puede disfrutar mediante una visita, en la que además de descubrir estos olivos centenarios también se pueden conocer con detalle los trabajos de recolección y las formas de trabajar el olivo. El resultado: un aceite de oliva con denominación de origen con unas cualidades muy especiales.
Olivares, pero también paisajes esteparios extremos, fértiles vegas o vestigios romanos son algunas de las riquezas que esconde el entorno de Belchite. Parajes menos conocidos, pero no por ello menos espectaculares en los que el viajero puede adentrarse a través de varias rutas y senderos.