Tradición y fiesta se funden para honrar al patrón de Belchite

 

Con una devoción que se remonta a la Edad Media, el municipio zaragozano rendirá homenaje el 11 de noviembre a San Martín. Con el imponente templo mudéjar que lleva su nombre como testigo de fondo, el tradicional ‘mondongo’ volverá a ser protagonista en la celebración

San-martin

Custodio de Belchite desde la Edad Media, San Martín de Tours es patrón del municipio zaragozano, que lleva siglos venerando a este santo de origen húngaro. Una devoción que se refleja en el templo de estilo mudéjar dedicado a él que se levantó en el Pueblo Viejo y que sigue siendo uno de sus rincones más imponentes.

Y es que la iglesia de San Martín de Tours es, probablemente, la construcción de mayor calidad artística de Belchite. De tipo gótico-mudéjar, en ella se puede apreciar una mezcla de estilos que van desde el siglo XIV, cuando comenzó a levantarse, pasando por la transformación del siglo XVI (momento en que se recreció la nave con una galería de arquillos típica del estilo renacentista aragonés, cubierta por bóveda estrellada), hasta la realización de las capillas laterales en la época barroca y de la fachada monumental en el XVIII. Y todo ello usando como material principal el ladrillo.

Pero si hay un elemento que sigue destacando y llamando la atención es su impresionante torre mudéjar. Inconfundible desde lo lejos, constituye uno de los rincones más emblemáticos de la villa histórica. Su silueta domina las ruinas del Pueblo Viejo y guarda al municipio desde hace siglos.

Por eso, el Ayuntamiento de Belchite considera que no hay mejor forma de celebrar al patrón que como manda la tradición. Porque, ¿quién no ha oído el refrán de que a todo cerdo le llega su San Martín? Y es que durante siglos, estos días eran los elegidos en las casas para sacrificar a los cerdos, de los sacarían un buen puñado de provisiones alimentarias en forma de carne y embutidos para pasar todo el invierno y gran parte del año. Y así se hará también el próximo 11 de noviembre en Belchite, ya que un año más, el consistorio ha recuperado el mondongo, costumbre de gran arraigo en el medio rural aragonés.

Todo el que quiera preparar morcillas, bolas, chorizo o longaniza como lo hacían nuestros antepasados, sólo tiene que pasarse por el antiguo garaje de autobuses el sábado, 11 de noviembre, a partir de las 17 horas. Y por la noche, para continuar la fiesta, todos a bailar al ritmo de la discomóvil, para poner la guinda a una jornada de celebración y tradición.