Una muestra que atesora los modos de vida del pasado agrario de Belchite

Visitar el Museo Etnológico del municipio zaragozano es como viajar al pasado, acercándonos a un estilo de vida tradicional y propio de una sociedad agraria que no está tan alejada en el tiempo

MuseoEtnologico-Belchite

Ubicado en una granja-escuela en la Ronda de Zaragoza, construida en los años 40 del pasado siglo, el Museo Etnológico ejerce de cámara del tesoro que preserva no sólo los útiles y herramientas del mundo rural del Belchite y el Aragón preindustrial, también sus costumbres, indumentaria y formas de vida. Pensando en el visitante y con el objetivo de seguir impulsando su finalidad didáctica, esta cápsula del tiempo ha sido sometida en los últimos meses a una actualización, que ha permitido eliminar barreras arquitectónicas, mejorar su aspecto, modernizar su imagen y cartelería y ampliar sus servicios.

En ese viaje por el tiempo, el Museo Etnológico de Belchite permite al visitante adentrarse y conocer las labores más características de la siega, de la trilla, de la artesanía con fibras vegetales y hasta de su locomoción. Con explicaciones en español, inglés y francés, la sala dedicada a la siega presenta una variada colección de objetos utilizados hasta la introducción de la automoción, además de una completa descripción de este proceso agrícola desde el Neolítico, pasando por las edades Antigua, Media y Moderna, hasta la Contemporánea.

La sala se completa con una amplia documentación textual y gráfica sobre las técnicas e instrumentos empleados para segar los cereales (trigo, cebada, avena y centeno) y una parte de las piezas dedicadas a la artesanía con fibras vegetales. Y es que, como su nombre indica, se exponen enseres elaborados con fibras vegetales de la zona, como esparto, mimbre, caña, anea y almez (un árbol muy típico en Belchite y más conocido como allondero).

Tras la siega del cereal toca trillar para separar la paja del grano. En las dependencias dedicadas a la trilla, el visitante puede contemplar los utensilios más usados en este proceso, así como el resto de la colección de piezas elaboradas con fibras vegetales. Y en otra de las salas, media docena de carros -entre los que se puede contemplar uno de volquete, otro de paja o uno de paseo-, son el mejor medio de transporte para que el visitante se traslade al Pueblo Viejo de Belchite de hace un siglo.

En este contexto, otro de los elementos arraigadísimos a la tradición belchitana y una muestra de su folclore que también puede verse en el Museo Etnológico son sus gigantes y cabezudos. Y relacionado con el folclore, tampoco falta una muestra de indumentaria regional. La colección de trajes, mantones, premios y fotografías donados al municipio zaragozano por la jotera Carmen Cortés (descendiente de belchitanos), de la que se puede disfrutar en el museo, es un recorrido por la historia de la moda de los vestidos de baturra y de la Jota.

El Museo Etnológico, que ha incorporado una sala multiusos y audiovisual para desarrollar diferentes actividades, puede visitarse los sábados de 10 a 13 horas y de 17 a 20 horas y los domingos de 10 a 14 horas. Su objetivo es claro: preservar y difundir la cultura, costumbres y tradiciones del pasado de Belchite, impidiendo su olvido y su desaparición en el tiempo.