Hermandad y devoción milenaria en honor a Nuestra Señora del Pueyo

“Un discípulo del apóstol Santiago el Mayor vino a la ciudad de Belia a predicar el Evangelio. Con él, trajo una Imagen de nuestra Señora la Virgen y construyó una capilla semejante a la que su maestro, el apóstol Santiago, construyó en Zaragoza”. De esta manera explica una antiquísima tradición el origen de la veneración a Nuestra Señora del Pueyo en Belchite y la existencia de una comunidad que, generación tras generación, desde mediados del siglo I d.C, ha desarrollado su fe en torno a la actual patrona del municipio zaragozano.

Cuatrocientos años de dominio musulmán en Belchite no lograron acabar con una devoción milenaria, que siguió practicándose y transmitiéndose en secreto de padres a hijos (y que incluso se acompañaba de visitas clandestinas a las ruinas de la antigua ciudad del monte del Pueyo para venerar a su Señora).

La Reconquista supuso la restitución de una fe que continúa en el presente. Y es que, emulando al discípulo del apóstol Santiago, el Tenente Galindo Sánchez –adalid de las tropas cristianas que reconquistaron Belchite en el año 1117- recuperó una imagen de la Virgen aparecida en un sisallo del Pueyo, lugar en el que mandó construir una capilla (que todavía se conserva). Sin embargo, aquella pequeña construcción se fue ampliando en los siglos venideros hasta convertirse en el impresionante conjunto que se puede admirar en la actualidad y que sigue siendo testigo de ese fervor milenario de Belchite por su patrona.

Inaugurado en 1725, el templo –que enlaza el mudéjar, el renacimiento y el barroco- ha llamado la atención de varios historiadores del arte por su singularidad, ya que es el primero de estas características. Construido de ladrillo y de configuración netamente barroca, la construcción –que recibió el título de Basílica en 1745- es de planta cuadrada con tres naves y ábside semicircular prolongado por un camarín, que aloja la imagen de Nuestra Señora del Pueyo. La figura original fue robada en agosto de 1985, pero la actual es una copia fiel de la original: una talla gótica de madera que databa de finales del siglo XII y que sólo estaba pintada por la parte delantera (como si hubiera estado destinada a ser colocada en un nicho).

También llama la atención su claustro renacentista de finales del siglo XVI, organizado en dos pisos, que se abre al patio principal con arcadas de medio punto. No obstante, arquitectónicamente, el elemento de mayor interés es su torre mudéjar cuadrangular, cuyo origen se remonta al siglo XIII. Fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 2001 y es también Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés.

En la actualidad, el pueyo –o montículo- en el que se edificó la primera capilla sigue siendo lugar de veneración de la patrona de Belchite. Cada martes siguiente al Domingo de Resurección –y como cierre de las fiestas en honor a Nuestra Señora del Pueyo-, los vecinos de Belchite parten en romería desde el municipio zaragozano hasta el santuario, donde se oficia una misa en honor a la virgen. Y es que, aunque los carros hayan dado paso a otros medios de transporte y las apuestas por tirar de las caballerías se hayan cambiado por otras distracciones, lo que se mantiene inalterable en esta arraigada tradición es el espíritu de devoción, así como el de hermandad que la ha caracterizado desde sus inicios.

El propio santuario y los pinares que lo rodean se convierten en escenario de una jornada de festiva, en la que los vecinos de Belchite se juntan para almorzar y para honrar a su patrona.